Parque temático dedicado a las máquinas de asedio empleadas a lo largo de la Historia.
El parque se ubica al aire libre, en el camino que se dirige desde Albarracín hasta las pinturas rupestres del Paisaje protegido de los pinares del Rodeno.
Sábados y Domingos: 10 a 14 h y de 15.30 a 18 h. Teléfonos: 656808232 y 646293669
Tradiciones y fiestas
Los Mayos de Albarracín
Se habla de semillas griegas, romanas y hasta fenicias, pero la tradición oral nos describe un ritual que, con pequeñas variaciones, se ha venido repitiendo durante siglos. La noche del 30 de abril, los mozos metían un montón de papelitos con los nombres de las mozas en un puchero y cada mayo sacaba a ciegas uno de ellos. En él estaba escrito el nombre de su maya. Sólo si había disputa por la chica en cuestión, los pretendientes pujaban por ella con dinero.
Una vez establecidas las parejas, la ronda salía a cantar por las calles y se dirigía a rondar a la Virgen. A principios del siglo XX, la iglesia elegida era la de Santiago, aunque con el tiempo el ritual se trasladó a la Catedral. Allí, al pie de sus escaleras, todavía se celebra el primer canto de los Mayos cada noche del treinta de abril.
Posteriormente, una a una, casa por casa, las mayas escuchaban desde su alcoba las palabras de amor de su mayo. Una semana después, los mozos adornaban un carro con hiedra, lilas y lirios del río, amortiguaban con pajas una gran cesta y visitaban las casas de las mayas para pedirles los huevos.
Cada maya entregaba una docena de huevos a su mayo. Con todos los huevos, el dinero reunido en la subasta y lo que aportaran los mayos, se pagaba una merienda que solía celebrarse una semana más tarde.
Aunque los emparejamientos no obligaban a un compromiso, era tradición que cada maya bailara una pieza con el mayo que le había caído. Muchos matrimonios de Albarracín iniciaron su noviazgo después de escuchar el canto de los mayos. Hasta que la afluencia de visitantes y la evolución de la sociedad lo impidieron a principios de los Ochenta, la tradición se fue repitiendo año tras año. Aunque la esencia de la fiesta no ha sobrevivido a los cambios, nos quedan las coplas y la música que las acompaña.
Fiestas patronales
Las fiestas patronales se celebran del 8 al 17 de septiembre; en honor de santa María de Albarracín y del Santísimo Cristo de la Vega.
Las mañanas de los días 15, 16 y 17 de septiembre se celebra el tradicionalencierro, desde el pie de la Cuesta Teruel hasta la Plaza Mayor, convertida en esos días en coso taurino.
Es muy recomendable visitar Albarracín en esos días y disfrutar de tan curiosa construcción construida con madera.
Además de los festejos taurinos, son protagonistas las charangas, las verbenasal aire libre y la indumentaria vaquillera que lucen jóvenes y mayores.
San Antón
El sábado más cercano al 17 de enero, día de San Antón, se celebra la popular hoguera en varios barrios de Albarracín. Antiguamente, los jóvenes acumulaban la leña desde varias semanas antes.
Hoy en día, la misma mañana de San Antón, los vecinos de los distintos barrios acuden al pinar con sus tractores y remolques.
Por la noche, se aprovechan las brasas para probar los manjares de la matanza. Probablemente, es la fiesta de Albarracín más fiel a la tradición.